Gestión de Personas: El ejercicio de Google para hallar la felicidad

Gestión de Personas: El ejercicio de Google para hallar la felicidad

** Este artículo fue publicado originalmente en inglés en Quartz.com. Decidí traducirlo íntegramente y compartirlo por su relevancia para la gestión de personas (link a la versión original aquí).

Chade-Meng Tan, de profesión ingeniero, entró a Google en 2000 con el número de empleado 107. Aunque tuvo un rol decisivo en el desarrollo del buscador de la empresa y otras hazañas tecnológicas, es mejor conocido por las clases de mindfulness que impartió a sus colegas. El rol le valió el título de Buen Compañero (y Nadie lo Puede Negar) y lo usó de plataforma para abrir un instituto de mindfulness orientado a gente  que trabaja en organizaciones.

En su último libro, Gozo al Instante, el veterano de Google describe el camino que lo llevó desde la “insatisfacción constante” a una vida mucho más feliz. ¿Cómo llegó ahí? Entre los 20 y 30 años descubrió que no estaba condenado al autodesprecio; el carácter, descubrió, es moldeable.

Más que con terapia, reestructurar nuestra mentalidad, asegura, es posible con ejercicios mentales, incluyendo uno que ayuda a reconocer “pequeños momentos de gozo”.

“En este momento tengo sed, así que beberé un poco de agua. Y cuando lo haga, experimentaré un pequeño momento de gozo en el espacio y el tiempo”, dijo a CBC News. “No es un éxtasis”, destaca en su libro. “Es como decir ‘se siente bien esto’”.

Por lo general estos eventos son poco significativos: un bocado, la sensación de salir de una habitación caliente y entrar en un cuarto con aire acondicionado, el momento de conexión cuando recibimos un mensaje de un viejo amigo. Aunque duran dos o tres segundo, los momentos se acumulan y, mientras más conscientes seamos del gozo, más gozo experimentamos, según Tan. “La vida está llena de pequeños momentos de gozo … y una vez que empiezas a notarlo algo sucede: descubres que siempre está ahí. El gozo pasa a ser algo con lo que puedes contar”. Ello porque nos familiarizamos con el gozo, explica.

Tan basa esta idea en investigaciones neurológicas sobre cómo formamos hábitos. Los comportamientos habituales son controlados por los ganglios basales del cerebro, que también juegan un rol en el desarrollo de recuerdos y emociones. Mientras más dominio tenemos sobre algo, más fácil se hace repetir ese comportamiento sin gran esfuerzo cognitivo.

El ejercicio de “pequeños momentos” de Tan contiene un activador, una rutina y una recompensa: las tres partes necesarias para construir un hábito. El activador, dice, es el momento de gozo, la rutina es darse cuenta y la recompensa es la sensación de gozo en sí.

El ejercicio condiciona al cerebro para entrar con más facilidad en prácticas de meditación más formales. “Darse cuenta de algo suena trivial, pero es una importante práctica meditativa en sí misma”, escribe Tan, agregando que “percibir es un prerrequisito para ver. No podemos ver lo que no percibimos”.

La evidencia científica respalda la teoría de Tan. Un estudio de psicólogos de la Universidad de Loyola, publicado en el periódico científico Aging, por ejemplo, muestra que entre los adultos sobre 55 años, aquellos que reportan una mejor habilidad para disfrutar la vida son más proclives a reportar una mayor satisfacción, sin importar si tienen mala salud. Para aquellos menos capaces de disfrutar pequeños momentos, la mala salud hace que la vida parezca más deprimente.  

Al parecer las personas mejoran su capacidad de disfrutar el momento a medida que envejecen. Un pequeño estudio de 2014, realizado por académicos de marketing de Dartmouth College, publicado en el Journal of Consumer Research, descubrió que la gente de más edad es más proclive a definir quién es nombrando momentos positivos.

Los adolescentes y los veinteañeros citan momentos extraordinarios, como su graduación o primer auto, como definitorios. ”Los momentos cotidianos de la vida tienen a pasar desapercibidos cuando el futuro parece sin límites”, escriben los autores. “Sin embargo, las experiencias ordinarias aportan crecientemente a la felicidad cuando la gente toma conciencia que sus días están contados”.

Fuente: GOINTEGRO