Una vez tuve una jefa…
Una vez tuve una jefa que le contó a un compañero que yo no le caía bien por «ser muy pobre», y lo que le molestaba particularmente era que conmigo no podía hablar de sus viajes al exterior, porque, pues claro, con más de 20 años ni había salido del país yo.
¿Por qué cuento esto ahora?
Pasó más de una década desde ese momento, mucho estudio, mucho trabajo, mucho esfuerzo, y aún así, muchas veces, se sigue sintiendo esa brecha en el mundo laboral entre los que ya nacieron con ciertas oportunidades y los que vamos alcanzando pequeñas (y gigantes) metas (para nosotros), a pulmón. Y sin embargo, parece que estamos tan lejos.
Pero… a vos, que cuando te tocaba estudiar tuviste que salir a trabajar para bancar a tu familia. A vos, que cuando quisiste ser gerente te diste cuenta que para esos roles se valora mucho el famoso MBA que no podés pagar ni sacando un crédito. A vos, que tus millas las acumulás en el Roca o en el Sarmiento, quiero decirte esto:
Tu éxito no depende del punto al que llegás. Aunque otros no lo vean, es fundamental el lugar del que partiste y todo el camino recorrido❤️
Link al post original: Aqui
Yo también quiero dejar mi experiencia. Llegué a esta web porque lo vi en LinkedIn.
Entiendo lo que le pasó a esta persona. Me ha pasado también con una jefa mujer. No por el hecho de «ser muy pobre» pero sea la cuestión que sea, hacía muchas diferencias conmigo y con 4 o 5 personas más. Nunca entendí bien por qué me tomaba de punto. La soledad y falta de apoyo que se siente es horrible. Ver cómo te trata con desprecio y poniendo barreras mientras que a otros los trata genial, te hace sentir menos y hasta no suma en las tareas cotidianas porque me sentía muy desganada e insegura. Pero ya ves, de todo se sale. A veces nos «chocamos» con esta clase de experiencias para probarnos a nosotros mismos y saber que sí somos fuertes. Y hay que seguir contra viento y marea. En mi caso lo solucioné pidiendo cambio de supervisor, tuve miedo de expresarlo: sí. Pero tenía pruebas que presenté y un superior que sabía escuchar y solucionar las cosas. Lo importante es saber decir las cosas con diplomacia, saber respetarse a sí misma, saber poner límites y seguir dando lo mejor en el trabajo (aunque haya días que duela mucho). Eso aprendí.
«La gente que es feliz con sus vidas no habla mal de los demás»